
En vísperas de mi
cumpleaños, he estado rememorando retrógrados acontecimientos "cumpleañisticos”!,...... bieeeennn pasados. Me he recordado de como celebraba mí cumpleaños cuando chica, de edad, porque de porte sigo igual, aunque insito en que he pegado un ESTIRON este último año jijiji aunque nadie me lo reconozca.
Lo primero que se me viene a la cabeza es la etapa de la edad de los 10 u 11 años en que era una persona completamente
INACCESIBLE (en cuanto a los cumpleaños)… SÍ así me definiría, es que era un cosa impresionante.
Cuando chica era la regalona,la pequeña consentida de la casa (atribuyo a esto mi “trauma”) y obviamente que mis cumpleaños eran una ocasión para poner en práctica tal cariño que me profesaban. Pero recuerdo que nunca tuve un cumpleaños con amigos ni nada similar. No porque no me lo brindaran si no porque no me gustaba. Era una cosa que no concordaba con mi personalidad, siempre díscola, desordenada,y muy amigable. Simplemente no me agradaba que me saludaran. Y así era la cosa cada año (en realidad 2 o 3 cumpleaños que yo recuerde) siempre tengo esta imagine en mi mente. "Yo en un escritorio pintando o dibujando, porque mi mayor ocupación (Willard y Spacman jajaaja) era copiar dibujos Disney en blok gigantes, me encantaba. Y recuerdo que llegan a la pieza mi mamá con la torta (de selva negra era mis predilectas, acompañada de mis hermanas, mis tías y mi tata…. esa onda! Tenían que ir a buscarme teniendo toda la cocina decorada jajajaaa … y yo en actitud negativa, me enoje y me escondí debajo de mi escritorio, mientras me cantaban cumpleaños feliz. Mi hermana siempre muy paciente me hablaba y trataba de convencerme de que apagara por último las velas jajaja y yo no accedía y recuerdo que le pegue a la torta y salí corriendo no sé donde.
Era un trauma o simplemente Regalona? No sé , resultaba cómico para mi familia que yo NO quisiera celebrar mi cumpleaños, porque reitero, era totalmente inconsecuente con mi personalidad …Mi familia lejos de estresarse se reían,total era una vez al año el show...
No sólo era con la celebración de mi cumpleaños, si no también, con la de mis amigos.
No había forma de convencernos a mi hermano y a mí que fuéramos a una fiesta de cumpleaños. Era increíble nuestra negativa. Con Javier (mi hermano) nos llevamos por dos años y cuando chicos esa diferencia era mas insignificante que ahora, parecíamos mellizos, hacíamos todo juntos…y pertenecíamos al mismo grupo de amigos del barrio que éramos como 10. Recuerdo que nos invitaban a un cumpleaños, en la misma cuadra, muchas veces en frente de la casa y nosotros no íbamos. Mi mamá, nos arreglaba, nos iba a comprar el regalos para el festejado y nos iba a “tratar” de dejar, por que siempre a la hora de partir nos escondíamos debajo de la cama, en el ropero, adonde fuera. Mi mamá ya ofuscada nos pedía que por lo menos fuéramos a entregar el obsequio. Muchas veces hicimos eso, lo entregábamos, comíamos y nos arrancábamos jajajja a jugar a la casa a la pelota (él me introdujo en esa disciplina) o a andar en bicicleta (teníamos una como la del Machuca y el me llevaba atrás.) así la pasábamos de pelos! no necesitabamos de aburridos cumpleaños.
Y pasaron los años y uno fue madurando, y sociabilizando hasta el punto que ahora ninguno de los dos se pierde un cumpleaños por nada del mundo jajajaa.