jueves, 28 de febrero de 2008

¡Colores! – ¡Shuper! - ¡Completos!


Desde enero que teníamos las ganas y los planes de ir unos días a Valparaíso. En cada junta proponíamos fechas tentativas, pero siempre alguien no podía. Que el trabajo, que la plata, que otros viajes, todo estaba antes que nuestro paseo. Al final terminamos por ir las tres: la Gaby, la Katy y yo. Para no haberlo planeado nada y habernos ido a la vida con la plata justa, pucha que la pasamos bien. El día Jueves en la noche por el msn afinando los últimos detalles: “tú llevas el jabón, yo el shampoo, el café la gaby, el confort la katy (tiene unos de ositos y suavecitos), los fideos, el azúcar, las salsas, ¡NO!, mejor todas llevamos lo que se pueda jajaja bueno… cada una que lleve lo que tenga que llevar. Nos fuimos el viernes en la noche con la oferta de pasajes ida y vuelta lograda por la gaby y su escote. El caos en el Terminal, el éxodo era masivo. Yo atrasada corría con mi mochila entremedio de la gente. Estaba atrasado el bus. Era a las 20:20 y salió a las 21:00 hrs, pero eso no logro aminorar nuestra máxima felicidad. ¿Que haremos cuando lleguemos? Salgamos, sí salgamos pero antes comamos algo, ¡una chorrillana! Nos llevaron nuestros vecinos a un lugar que según ellos era lo mejor para comer chorrillanas. Quedaba en subida Caming y se llamaba “El Dominó!, era como J. Cruz pero mas grande. Luego llegamos a subida Ecuador, al local en donde sales hablando mexicano, en donde después de un trago conversas cosas profundas y de colores, y bajas escaleras con dificultad, ese local es el “Coyote Quemado” Nos hicimos clientas asiduas, pero la ultima noche nos dio vergüenza y no entramos, pero fuimos al local de al frente, con las mismas ofertas baratas de tragos pero menos ricos. Esa primera noche fue muy divertida: comida, baile, gente y humor, nos fuimos a terminar el carrete a la casa mejor. El sábado fue de paseo y de columpiar a la Katy, ¿Katy estas aburrida? ¿Katy, te gusta aburrirte? (risas risas) Paseamos, y en una feria artesanal decidimos comprarnos unas pulseras, unas pulseras simbólicas que representaran nuestra hermandad. Nos creíamos después las planetarias, invocando a través de las pulseras a la “Diversión”. La Gaby invocaba a la comida (¡Completos!), la Katy a la alegría (¡Colores!) y yo a lo bizarro (¡Shuper!), así nos paseamos por todo Valparaíso riendo a carcajadas. Pasamos por un café tipo cerro alegro, pero en el plan, con un oferta de 990 la once, con té o café, acompañado de un kuchen o pie de limón. Bien lindo el local pero el mesero mejor. Nos apresuramos para llegar a ver a Nelly Furtado, ¡Uh que estuvo bueno! ¡Ídola! ¡ídola!.
Katy: ¿Por qué el micrófono de Nelly es de oro? El oro es el mejor conducto, más que el cobre… mi amiga aquí, estudia Sonido, es seca en el asunto, tiene oído de Zorzal y capta todas las fallas que un oído no entrenado pasa por alto. Te da explicaciones sin vacilar. Katy: ¿Por qué no escucho el festival desde mi ventana? Porque la intensidad del sonido disminuye a la mitad a medida que aumenta el radio… ¿qué? En español por favor y más lento. Ahí aprendimos con la Gaby “La Ley de la L inversa al cuadrado” interesante, desde ahí, le preguntamos de todo, ¿por qué esos parlante?, ¿por qué ocupan ese micrófono y no el de oro? ¿Desafinó? ¿Porque el tío Horacio es siempre el maestro? No la dejamos ver mas el festival tranquila jajaja. Luego de ver a la ídola Nelly nos fuimos a bailar, pero extrañamos al coyote y terminamos allá. El domingo había que ir a la playa, habíamos traído el quitasol hasta el momento a puro pasear. Se nos voló, le lastimamos un ojo a dos señoras, se nos dio vuelta, y se enterró mejor. Ese día nos invitaron a comer los papás de la Gaby al mercado, ellos habían venido a Valparaíso por el día. Llegamos atrasadas pero no menos que el almuerzo. El restaurante tenía como lema: “Eficacia, eficiencia y velocidad” jajaja eran un poco lentos, pero poco.
El día lunes era para recorrer buscando departamentos. Pucha que recorrimos, y no encontramos nada … llamábamos de cada teléfono público que encontrábamos, las monedas de cien fueron nuestras aliadas. Gracias amiguitas por acompañarme y ayudarme a buscar, una mas que otra, eso si, la otra sólo quería ver MTV jajaja.
Caminamos de extremo a extremo, desde playa ancha hasta el Jumbo, con un bochorno en este último que quedará solo para nosotras y alguien más. Un paseo en el muelle barón junto con unas fotos shuper, alrededor de parejas shuper enamoradas, y animales acuáticos shuper. Estábamos tan casadas que no quisimos salir. Las energías y el presupuesto alcanzaban sólo para conversar en el 21 de mayo viendo salir la luna anaranjada. El martes fue exiguo, sin gas, sin luz y con nada de plata. Sin desayuno continental la Katy se levanto de mal humor.
A pesar de todo, igual aperramos y nos quedamos un tiempo más. Imagínense si no hubiésemos ocupado el recurso de “Nos lleva por 600”, nos tendríamos que haber venido el domingo. La pasamos demasiado bien, todo fue hermoso, divertido, introspectivo, reflexivo y de mas unión, las quiero demasiado, shuper harto!

sábado, 16 de febrero de 2008

Y ahora cuentan con mi astucia

Esta ves lo busque, y como dice el dicho, “el que busca encuentra”. Le insistía a mi mamá que me consiguiera trabajo donde ella trabaja. Ella trabaja en una imprenta cerca de mi casa, a una cuadra. Lleva casi un año, le encanta. Yo le digo que es una “trabajadora Moralista”, esas que cumplen con el trabajo y dan todo por él. Ella trabaja en la sección de encuadernación y es ahí donde me apitutó. Necesitaban a una persona urgente, porque la compañera de mi mamá salía de vacaciones por dos semanas, así que se preguntaron: “Y ahora ¿quién podrá ayudarnos?” Y mi mamá dijo: “¡mi hija! La “Chapulina colorada”.
El horario es cómodo, es de las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde, con una hora de colación, de una a dos y si quieres (o tienes) te puedes quedar haciendo horas extras hasta las 8. Fui el sábado a las 8 de las mañana. Necesitaban entregar un pedido de Arica. Eran unas carpetas con la cara del alcalde y guías turísticas de la región. Se debían armar 200 carpetas, y doblar 400 folletos. Para armar las carpetas, dos personas pegaban transferible.yo, los sacaba y pegaba y mi mamá las armaba. Nos demoro tres horas en hacer doscientas carpetas. Luego venían los folletos, en una escuadra, se debían doblar y armar como un libro. Un niño y yo hacíamos eso, mientras un caballero les ponía corchetes en una maquinas industrial de corchetes Se termino ese trabajo y se siguió con uno de Santa Isabel. Eran libros de capacitación, con cuatro páginas mas una tapa. Mi mamá me dijo: “ya, tú vas a “alzar” y yo doblo. ¿Alzar? ¿Qué es eso? Solo lo asociaba a cuando los perritos tienen ganas con otras perritas pero no, en el lenguaje de “imprenta” eso es armar el libro, compaginar. Es de coordinación y concentración. Yo con mi agilidad manual poco adaptativa me demoró tomar el ritmo. Luego no había más material por alzar, así que doble en una escuadra lo que había alzado. Llegaron las dos de la tarde y nos fuimos. El día lunes se seguiría con ese mismo trabajo, el pedido estaba atrasadísimo, y había que entregar 6000 libros. El día lunes llegue y me encontré con 3 lolos jóvenes, todo como yo estaban apitutados por sus papás. Me senté a armar libros junto a Juan Carlos, un morenazo guapo y divertido. Ahí hablamos de la vida un ratito hasta que nos dimos cuenta que nos estábamos equivocando mucho y seguimos en silencio trabajando, pero compartiendo los audífonos. Me preguntó que música me gustaba, yo le dije emocionada que Gepe, Javiera Mena, Mika pero con la expresión de su cara termine por decir: "de todo… escucho de todo"…y ahí estuvimos escuchando desde Evanescence hasta un recital del grupo la Noche. El día martes después de almuerzo el jefe de patio, Don Pepe, me trajo una cima de material y me dijo que eran las tapas de los libros y debía doblarlas, eran 1000. No sé con que cara abre quedado que mi mamá llegó y me dijo para aliviarme que era muy fácil y rápido. Me enseñó como hacerlo y resultaba en realidad muy fácil. Luego puse los libros que estaban terminados en las tapas y se los llevé al caballero de la corchetera industrial. Desde el sábado que tenía ganas de sentarme frente a esa máquina. Hable durante los primeros días con el "caballero de la maquina industrial para corchetear" y el día miércoles me atreví a decirle que si le ayudaba en la otra máquina, y recibí como respuesta un sí. Me senté y empecé a trabajar. Me gustó, es como trabajar en una máquina de coser. Pero me duro poquito la felicidad pues llegó Juan Carlos con malas noticias. Adelante, en la guillotina, donde se hacían los últimos cortes a los libros se había detectado una falla en las tapas. Estaban la mayoría de los libros malos. ¡Ah! con cara de espanto mire a mi mamá. Yo había visto ese error, era un piojo (una mancha de pintura en lenguaje de imprenta) pero yo había sacado las tapas que estaban con eso, de hecho pregunte si eso era parte del diseño y me dijeron que no. Pero al parecer se nos fueron coladas algunas. Luego de tal percance me concentre mas en el asuntó. Y el día Miércoles en la tarde llega el jefe- jefe, Don Juan Carlos y me entrega un listado de tres páginas, me explica apuradamente lo que tengo que hacer y se va. Con cara no sé de que (de auxilio debe haber sido) miré a Juan Carlos el morenazo guapo y divertido y le dije: "ayúdame"… y ahí me ayudó con mi nueva tarea. Se debía empaquetar los libros según las cantidades solicitadas por las distintas sucursales de los Santa Isabel de todo el país. Empaquetar… un desafío nuevamente para mi exigua habilidad manual. Mi mamá me enseño como lograr un perfecto paquete. Primero se debía “fajar” los libros. Por ejemplo, si era un paquete de 70 unidades, se debía hacer un montón de 35 y 35 libros y esos, fajarlos para logar que el paquete quedara uniforme y de forma rectangular o cuadrada. Para empaquetar se ocupaba una máquina de scotch bastante útil si la sabes ocupar, a mi, me costo, me corte con sus dientes varias veces. Ese día llega el encargado del trabajo y nos dice que preparemos un paquete extra a la lista con 300 libros. ¡Trescientos! ¡En un solo paquete!, menos mal que estaba con Juan Carlos y lo logramos hacer. Salió tremendo paquete. El día jueves me ayudo a seguir con la lista Felipe. Felipe si que es apitutado, es el hijo del jefe-jefe, y va a trabajar cada verano desde hace 2 años. Tenía ya experiencia en el asunto. Mi compañero de la semana, con el que escuchaba música ya no lo vi más, él era trabajador estable, no apitutado de papá, y le tocaba trabajar en un turno de noche:(.
Es entretenido el trabajo, ver todo el proceso de un libro o una revista, tanto que lleva hacerla, todas las etapas que pasa y lo mucho que demora. Los primeros días eran aburridos, lo encontraba muy monótono, repetitivo. Llegaba a la casa como Chaplin, pero doblando toda hoja que encontraba a mí paso. Me alivia mucho eso si estar con mi mamá, cualquier duda o sospecha de algo le avisaba a ella. Lo rico es que he conocido a gente muy buena onda y muy solidaria en enseñar ese oficio tan desconocido.
Se viene otra semana de trabajo de “Tiempos Modernos”, como le dice la Gaby bebé. Espero que sea buena y no me mande ninguna fe de erratas como el del piojo ese pesado ¬¬


Sonando:

APOLOGIZE - One republic ft Timbaland - (¡Katy me gusta mucho!)

viernes, 8 de febrero de 2008

26 horas con la Gaby


La Gaby llegó de sus vacaciones. Ha tenido muchas. Cada semana iba a un lugar nuevo. Me llamó y quedamos en que íbamos a hacer un mini carrete en su casa. Primero iría a buscar al Felipe al trabajo y se vendrían a mi casa a tomar once. Tomamos oncecita veraniega, con juguito de melón y pan con tomatito con queso. Esta vez no hubo “Depilación dama”, al parecer el prurito asusto. Nos fuimos en el único micro (me lo corrige así, como argentino) del transantiago que conozco, que pasa cerca de mi casa, y que me deja en los lugares precisos, incluso en la casa de la Gaby. Llegamos y el Felipe se fue. Se fue porque quería bañarse y cambiarse ropa. Saludamos al concejal del edificio y subimos. La Gaby divisó por el ventanal a la Karen, y me dijo que estaba con más gente, no divisamos quienes eran. Abrimos la puerta y ahí estaban, las dos niñas iguales y la Karen. Nos pusimos a ver “Ciego Pelotón”, había disputa por el control. Unas queríamos ver “Amor ciego” y otras “Pelotón”. La Katy que había llegado hace unos minutos atrás, ya estaba molesta por nuestra adicción a los reality. Entre zapping no entendimos nunca que pasó. Mejor la apagamos y fuimos a comprar los tragos. Yo quiero cerveza, ¡no!, yo quiero cooler, ¡no! ¡no! yo no tomo eso. Mejor tomemos el nuevo piña colada, ¡no!, muy caro, no alcanza. Ya, compremos mango y lo arreglamos, sí, mejor eso. Nos pusimos de acuerdo y compramos mango sour. La gaby lo arregló como para matar a un diabético: dulcecito espumosito y suavecito. Conversamos, y se nos pasó la hora. Felipe que había retornado en bicicleta se debía ir porque entraba a trabajar a las 8 de la mañana. La katy andaba en el auto de su papá y debía llegar temprano. Así que terminamos de tomar un melón con vino que tenía escondido la Gaby. El Felpe lo remató tomándose el juguito a cucharadas. Con la glicemia en los cielos partió en su bicicleta, le dijimos que apenas entrara a su casa nos pinchara al celular, llegó bien por suerte.
Yo me quede en la casa de la Gaby, pues los planes del día siguiente eran ir por la mañana a la Biblioteca de Santiago y por la tarde bañarnos en la piscina. La mañana ya no existía, nos quedamos dormidas. Tomamos desayuno, ordenamos y nos fuimos. De la casa de la gaby uno llega caminado a la Biblioteca, es rápido el camino, pero si tienes unos “Zapatos Nocivos” que te van rompiendo el talón, el trayecto se hace un poco más lento. Amiga yo creo que la doctora Jagger no encontró unos que hicieran mas daño jajaja no importa, lo estilosa no te lo sacaba nadie. Pasamos por el Santuario de Lourdes, por el IMBA, y acortamos camino por la Quinta Normal. Gaby: ¿Por qué se llama Quinta Normal? Aah amiga es muy fácil, el que creo este parque tenía una familia de 5 hijos, los cuatro primeros salieron enfermos y la última, la QUINTA, salio NORMAL, en honor a ella la quinta, se llama así, QUINTA NORMAL…. ¬¬ ¡¡¡Gaby tan cuentera!! Jajaaja . Nos sacamos fotos, fotos por cierto bastante cómicas, Colgando la cámara en la rama de un árbol y corriendo para buscar el enfoque, balanceándonos en una rama y lograr la foto de bailarina. Seguimos nuestro trayecto y la Gaby quería comprar parche-curita, preguntó en todos los negocios, inclusive, en los que vendían Mote con Huesillo. Se parchó su herida y caminamos hasta llegar a la hermosa Biblioteca. Guardamos en un casillero las cosas, fuimos al baño, volvimos a abrir el casillero, salimos, la gaby se le olvido algo, volvimos al casillero… ¬¬. Entramos a la sala infantil, y los niños corrían por todos lados. Subimos a la juvenil y ahí nos quedamos, en un sillón rojo redondo inmenso, buscamos hartos libros y nos pusimos de guata a leer. Yo seleccione, El lazarillo de Tormes, versión urbana, bastante entretenido, no lo logre finalizar, pues la gaby había sacado un libro bastante interesante, La sexualidad según Foucault, yo deje el mío y nos pusimos a leer el suyo. Descubrimos que había muchos de esos textos, que hablaban de la Felicidad, El deseo, según varios autores, y nos gustó, era de la editorial, FILOSOFÍA PARA PROFANOS. Y ahí se nos pasó la hora, la Gaby ya aletargada quería dormir. Bajamos a comer nuestra colación de frutas, obleas y Kapo. Nos sacamos unas fotos entretenidas y subimos a seguir leyendo. Entramos a otra sala, a la de revistas. Habían muchas, de todos los tipos, como para estar toda la tarde copuchando, haciendo test, buscando recetas, reír con las historias triple xxx de la Cosmopolta y ver que se pasa la hora como si nada. Ya eran las 8 de la noche y había que irse. Volvimos caminando para suerte mía. La Gaby quería colarse a como diera lugar en el transantiago, tuvimos la oportunidad frente a nosotras pero yo no corrí y la gaby no subió jajajaa me da miedo si después nos echan. Caminamos y la Gaby seguía sufriendo por su talón. Caminamos lento y ya no aguantó más. Cambiamos zapatos. Yo bizarra con sus zapatos Nº 40 tipo gualetas y la Gaby con mis sandalias de gladiador. Llegamos a la casa y tomamos oncecita, vimos unas fotos antiguas bastante lindas y me fueron buscar.
Lo pase demasiado bien, faltaron algunas cosas por relatar, como la entrada a la tienda de toallas por kilo. “Ésta es buena Naticita” no amiga muy delgada, ¿y estas? No , menos, jajajaa al final nos ultra mega recorrimos el local y no compraste ninguna. Lo pase demasiado bien, muy - muy divertido!.

Esas fueron las 26 horas con la Gaby, desde las 8 de la tarde del Martes hasta las 10 de la noches del Miércoles.